El cine y los adolescentes. Entrevista con Andrés Bermea

 en Cine
¿Te gusta este artículo? Compártelo:

Entrevista con Andrés Bermea, periodista, cineasta, productor y conductor de TV para su programa “En el cine… y la TV, con Andrés Bermea” el 26 de septiembre de 2023.

Andrés: Platicamos hoy con Lorena Morales González, psicoterapeuta con más de 20 años de experiencia en consulta privada; graduada en la Licenciatura en Psicología. Apasionada de la literatura y el cine. Lorena, platícanos sobre ti.

Lorena: Desde niña fui la más chica y la única mujer, por lo que dormía sola y disfrutaba, y sigo disfrutando mucho, de la soledad. Pasaba mucho tiempo leyendo, escribiendo y generando ese espacio de introspección que a lo largo del tiempo me llevó a ser psicóloga.

Llevo más de 10 años en un club del libro que amo, porque además de compartirlo con un grupo de mujeres excepcionales, tengo la oportunidad de profundizar en la psicología de autores muy diversos a través de los mundos de sus novelas.

Y por consiguiente, el cine también lo disfruto enormemente como una forma dialéctica de analizar y comprender al ser humano proyectado en la pantalla, a la vez que exploro mis propias emociones e ideas. En algunas ocasiones participé en el club de cine de Edgardo Reséndiz analizando la parte psicológica de las películas y me parece fascinante todo lo que el cine puede aportar a la cultura.

Andrés: Lorena, la cartelera cinematográfica ofrece actualmente dos géneros principales, por una parte las películas de Súper héroes y de Horror; y por otra las infantiles y esto coincide en que los niños, los adolescentes y los jóvenes son el principal mercado de la industria cinematográfica.

Lorena: Sí, quizá una de las razones para que los niños sean el principal target es comercial, ya que muchas veces los niños jalan a toda la familia al cine; por su edad es más probable también que las películas se conviertan en franquicias como nos tocó a nosotros con Star Wars, por ejemplo, y generen una gran actividad económica en cuanto a mercancía, coleccionables, etc.

El cine de miedo o terror atrae a muchas personas por el morbo hacia lo paranormal, lo misterioso y lo desconocido y gusta especialmente porque es una forma de sentir una adrenalina controlada; que después de la película puede hacer sentir una cierta euforia (como subirse a una montaña rusa).

Leí sobre una investigación que hicieron en la Universidad de Westminster en el Reino Unido en 2012 (1), donde encontraron que ver películas de miedo ¡ayuda a quemar calorías! Midieron el ritmo cardiaco, la oxigenación y la descarga de dióxido de carbono de personas en películas de 90 minutos. La que ganó primer lugar en quema de calorías fue “The shinning” (El resplandor) de Stanley Kubrick con 184 calorías; la segunda “Jaws” (Tiburón) con 161 calorías y “The Exorcist” (El exorcista) con 158 calorías. Encontraron además que la adrenalina genera un stress positivo que brinda beneficios para los sistemas nervioso e inmune y que las personas se sentían más felices después de la película.

Andrés: ¿Cómo ves la sobreabundancia de cine fantástico, de Súper Héroes con grandes poderes más allá de lo humano: ¿Escapismo o una prolongación de la infancia?

Lorena: El cine ofrece un escape de la realidad, que ayuda a desconectarnos de las preocupaciones y descansar del trabajo y la rutina diaria. El cine fantástico y las películas de superhéroes, literalmente nos mandan a otros mundos. Accesamos a espacios imaginarios, aventuras y fantasías donde los personajes tienen desafíos extraordinarios.

En cuanto a la prolongación de la infancia, el que jóvenes y adultos sigan viendo películas de superhéroes puede ser una forma de conectar con la propia niñez, que da una sensación de confort, pero no considero que sea, al menos en la mayoría de los casos, una regresión negativa.

Generalmente las películas fantásticas y de superhéroes son divertidas, y son comunes los detalles chuscos que hacen reír y, también generalmente hay mensajes positivos como la valentía y la lucha por el bien que pueden ser inspiradoras.

Por otra parte, cada vez más los superhéroes son presentados como personas más complejas (Batman) con vulnerabilidades, dilemas éticos y emociones con las que el público se puede sentir identificado.

Siento que aunque queramos escapar, siempre hay algo que nos resuena de las películas, quizá no lo hacemos a nivel consciente, al menos que la discutamos con más profundidad después de verlas. El cine, como la literatura y el arte en general, siempre nos toca alguna fibra, aun a nivel muy superficial… nos deja un buen o mal sabor de boca, que indica que conectó con algo nuestro que, si lo identificamos, puede ayudar a conocernos mejor.

Andrés: Otro tema recurrente es la venganza…

Lorena: Las películas de venganza son muy populares pues la mayoría de los espectadores hemos vivido situaciones de injusticia, afrentas o pérdidas, aún de forma vicaria en las noticias que vemos en los medios dia con día.

El ver películas de venganza es una forma de hacer catársis de forma segura y controlada, liberando emociones intensas como ira o frustración y al haber una identificación con el protagonista, se puede sentir en la fantasía, su lucha como propia. Esto también brinda una sensación de control y empoderamiento. Además, suelen ser películas con mucha acción que las hacen muy entretenidas.

En este género se puede reflexionar en la parte oscura de la naturaleza humana y las consecuencias éticas, morales y psicológicas de buscar venganza.

En ocasiones puede existir una preocupación, sobre todo de los padres, si sus hijos van a querer imitar las conductas que ven en la pantalla, pero si están claros los valores éticos en la educación en casa y hay supervisión y diálogo, podrán discernir lo que se presenta como ficción y genera un desahogo, de lo que deben hacer en la realidad.

Andrés: ¿Cómo ves según tu consulta clínica a los jóvenes hoy en día?…

Lorena: Los principales motivos de consulta tienen que ver con ansiedad, depresión, problemas en las relaciones sociales y de pareja, o falta de ellas (pareja y/o amigos). Veo mucha soledad, baja autoestima y poca autoconfianza. Veo jóvenes presionados por la búsqueda de éxito profesional y económico, por la falta de definición en el futuro que en ocasiones, más que por la falta, es por el exceso de opciones que se abren en sus caminos.

Quizá eso es algo interesante de recalcar, hay una apertura cada vez mayor en todos los temas. En esto influye de manera directa lo que ven en las pantallas: el tema de la identidad de género, la diversidad en cuanto a las formas de relacionarse en pareja, las nuevas formas de ser familia; así como tantas opciones de carreras o formas de vivir la vida, en muchos casos son abrumadores.

Andrés: Como terapeuta con más de 20 años de experiencia en consulta, ¿Cuál es tu percepción de los adolescentes y los jóvenes en relación a hace 5, 10 ó más años?

Lorena: En primer lugar, lo que veo diferente y positivo, es que hay una mayor apertura a buscar ayuda. La pandemia impulsó el que a través de las redes sociales, las personas buscaran recursos para atender su salud emocional. Tuvimos que adaptarnos a las sesiones por Zoom u otros medios remotos y esto ayudó a acercar a aquellas personas que necesitaban manejar su ansiedad, tristeza, duelos ante todo tipo de pérdidas (tanto de vidas, como salud, empleos), así como adaptarse a los cambios tan bruscos que nos tocó vivir.

Veo a muchos jóvenes comprometidos con causas sociales, con lo que sucede en la política, con la búsqueda de congruencia, los veo más cuestionadores y con muchas habilidades que nosotros a su edad no teníamos, precisamente porque carecíamos de la cantidad de información que hoy tienen.

Por otra parte, a diferencia de antes, vemos más casos relacionados con el uso y abuso de la tecnología; ciberacoso, abuso de alcohol, substancias, aislamiento, vacío, etc.

También temas de burnout o de sentirse “quemados”, por la saturación tanto por exceso de trabajo, la sobreexposición a las redes, problemáticas en las relaciones y presiones de todo tipo.

Andrés: Recientemente fui juez en un certamen de cortometrajes realizados por jóvenes y me impactó una tendencia en sus temas: Soledad, angustia, desubicación, falta de un propósito de vida. ¿Es algo general? ¿Afectó la pandemia?

Lorena: El cine es reflejo de la realidad en la que está inmersa, y que hayan escogido esos temas me parece que sí refleja las preocupaciones de los jóvenes hoy en día.

Considero que la pandemia afectó por la falta de interacción social, la preocupación por la salud propia y de los seres queridos, y el enfrentarse a la muerte como una realidad muy cercana.

Pero considero que hay más motivos que se entrelazan con lo que vivimos en estos años pasados. Uno importante, es la desconexión de los jóvenes con su interior. El bombardeo de estímulos de los medios de comunicación, las exigencias en cuanto a cánones de belleza, académicas, laborales, sociales—llenan muchas veces sus vidas y falta hacer altos para la reflexión y la conexión e integración de todo lo que les pasa internamente y dar sentido a sus relaciones y a su vida.

También por esto comencé a trabajar desde hace 5 años con la escritura expresiva como herramienta terapéutica de autoconocimiento. El escribir lo que nos pasa nos permite convertirnos en espectadores de nuestras vidas y poder identificar qué áreas necesitamos trabajar, cómo gestionar mejor nuestros conflictos, emociones, tomar decisiones y sentir mayor seguridad y sensación de agencia en la propia vida. Esto, trabajado en un taller, da la oportunidad además de compartirlo en un ambiente seguro y salir con estrategias de cambio, no quedándonos solo a nivel de catársis.

Esta es solo una herramienta, pero tanto la literatura, como el cine, la música, la danza y otras formas de expresión, son canales que pueden utilizarse para la reflexión e integración de experiencias.

Andrés: ¿Influyen el cine, las series y redes sociales en la manera de pensar y actuar de los adolescentes y jóvenes?

Lorena: Sí, claro. La adolescencia es una etapa en la que se está conformando la identidad y los chavos tratan de entender lo que les está ocurriendo y se plantean qué desean ser tanto en el presente como en el futuro. En esta etapa de cambios, van buscando modelos que vayan acordes con sus valores, actitudes, posibilidades y el cine es un lugar donde muy fácil pueden sentirse reflejados en los personajes, más que en un libro u otro tipo de manifestación artística, pues el cine encierra todo y más si lo vivimos en una sala: imágenes, sonido, diálogos, una historia, una banda sonora, es decir, la comunicación tanto cognitiva como emocional es más intensa.

El ver historias les permite aprender otros puntos de vista, ensayar a través de otros personajes soluciones a problemáticas similares, ver la vida desde otra óptica. Esto puede llevarlos a sentir empatía, a ampliar la creatividad y la flexibilidad para abrir la mente a otras opciones o afirmarse en lo que ya están haciendo ante una situación determinada.

El cine da oportunidad de ir identificando temas como la sensación de inadecuación, incomprensión y soledad (The Perks of Being a Wallflower/ Las ventajas de ser invisible, 2012); el deseo de pertenecer (Mean Girls/ Chicas pesadas, 2004 que se basa en el libro de Rosalin Wiseman “Queen Bees and Whanabees” que describe los grupos de niñas en preparatoria); el racismo, sexismo, acoso, violencia, suicidio, normas sociales (13 Reasons Why/ Por 13 razones), etc.

En esta línea, muchas veces el ver series donde los jóvenes llevan a cabo conductas que pueden verse cool, como usar drogas, tener sexo casual, etc. hacen que se normalicen y se busquen imitar. El profundizar en este tipo de películas y series pueden ir colaborando en la formación de un criterio para tomar una postura personal.

Usualmente los adolescentes son muy apasionados de sus causas y sus posturas, y pueden afianzarse con lo que ven en las pantallas, sobre todo cuando hay un argumento de crítica a un status quo que no les parece sostenible, como las incongruencias que pueden ver en los adultos (Dead Poets Society/La sociedad de los poetas muertos, 1989); la corrupción, el estado del planeta, la política, las guerras…

Entonces, el ver un contexto donde se reta las normas y salen airosos, también puede empoderarlos para enfrentar los límites impuestos por los padres, maestros u otras figuras de autoridad (Almost Famous/ Casi famosos, 2000).

Y obviamente, también las películas desde el inicio han influido en la moda (Rebel Without a Cause/Rebelde sin causa, 1955 puso de moda las chamarras de cuero), la música (los soundtracks son importantísimos), los hobbies (Karate Kid, 1984) y hasta en las profesiones (Grey´s Anatomy/ Anatomía según Grey, 2005 que tuvo ¡19 temporadas!). Las películas pueden ser catalizadores en un momento de vida donde se busca un lugar a donde pertenecer (The Breakfast Club/ El club de los 5, 1985), un camino qué seguir, sueños a los que aspirar.

Andrés: ¿Qué nos recomiendas para guiar a los adolescentes con relación a las influencias de todo lo que ven en las pantallas?

Lorena: La oferta de películas, series, etc. en internet, hace que los adolescentes puedan accesar a todo tipo de contenido, siendo difícil la supervisión de los padres.

Teniendo en cuenta esto y considerando que pueden dejarse llevar por la trama e identificarse, a veces al grado de idealizar y empezar a aceptar como buenas, conductas que antes no aprobaban, es importante saber formas de acompañarlos para que ellos mismos vayan teniendo mejores criterios.

  • La primera parte, considero que es interesarnos en lo que ven, y de preferencia, verlo también nosotros para entender el contenido que está llamando su atención siendo una excelente forma de acercarnos a ellos.
  • También es conveniente tener recomendaciones de películas que aporten valor al momento de vida y los temas importantes por los que están pasando: amistad, romance, identidad, presión social, bullying, relación con la familia, búsqueda de independencia… Por ejemplo, “Soundtrack Lado A”, de la que platicaste con Humberto Abiel Garza, es un buen ejemplo de una película de las que los adolescentes pueden sentirse identificados en el tema de la amistad, los romances, la música y el sentirse inspirados a seguir sus sueños.
  • También el buscar cine de diferentes lugares del mundo ayuda a abrir la mente a otras realidades, tomar consciencia y aprender cómo resuelven problemáticas similares en otras culturas.
  • Recomiendo, si vemos alguna película o serie con ellos, observar sus reacciones y comentarios. ¿Detectamos algo que los inquietó?, ¿qué fibras tocó?, ¿qué le gustó más?, ¿qué menos?…
  • Por lo tanto, es una buena práctica no quedarnos en la superficie de la experiencia del cine. Generar espacios de diálogo donde se profundice, se cuestione, dependiendo el tema se confronten incongruencias, se planteen soluciones alternas a lo que se presentó en la historia, se hable sobre las emociones que se despertaron, con qué más las ligan, cuál es el contexto histórico, cultural, social, económico, político de la película; cómo afectaron a los personajes; buscar ponernos en el lugar de los personajes (buscando comprender para empatizar con ellos), qué hubieran hecho ellos en el lugar de los diferentes personajes, qué ideas son las que consideran que está transmitiendo el director, etc.
  • Es importantísimo y la parte más difícil, escuchar más que opinar; no busquemos dar una lección de vida a partir de la película porque es más fácil que se pongan en “modo avión” al sentir que moralizamos o hacemos juicios y entonces dejen de compartirnos su punto de vista. Y cuando se expresen, validar sus ideas, ayudar a afianzar su confianza al afirmarse en sus posturas e irlos encaminando a que analicen y defiendan sus opiniones con fundamento.
  • También es importante compartirles nuestras posturas, nuestros aprendizajes en la vida, pero este, de preferencia, que sea el último paso.

Andrés: ¿Has detectado mensajes subliminales?

Lorena: Los mensajes subliminales (estímulos que se presentan por debajo del umbral de percepción consciente y que tienen la intención de ejercer una influencia en el comportamiento del espectador). Hasta donde sé, ha habido investigaciones que han demostrado que no tienen el poder de influir de forma significativa. Además de ser ilegales en muchos países.

Más que preocuparnos por mensajes subliminales, hay que ver lo que directamente afecta el tema y la cinematografía a las mentes de los espectadores.

Andrés: Sin caer en teorías de conspiración o paranoias ¿Podríamos llegar a pensar en que el cine está siendo un vehículo de adoctrinamiento? Por ejemplo, el caso Barbie…

Lorena: Todas las películas tienen el planteamiento de una historia inserta en un contexto ideológico, social, cultural, político, religioso, económico desde el cual un director puede mostrar una postura y cada espectador la lee y la acepta o no, desde su propia realidad. Sin embargo, se habla de ciertas empresas donde existe con mayor intención una agenda motivada por intereses económicos, políticos, ideológicos, que buscan manipular a la población.

En definitiva, es cierto que el ver que se repiten ciertas conductas, perspectivas morales o ideologías, por ejemplo, sobre la idea de felicidad o éxito, sobre una moral basada en el hedonismo (la comodidad y la ley del mínimo esfuerzo), el relativismo ético, etc. hacen que se vayan normalizando y homogeneizando en las mentes de los espectadores.

Por esto precisamente es que recalco el que conviene hacer un cuestionamiento de lo que se ve, poner un filtro antes de tomar como cierto lo que vemos, y evitar así ser consumidores pasivos.

En el caso de Barbie, hay una crítica al Patriarcado, y entre los muchos temas que toca la película, se plantea el rompimiento de los estereotipos sobre lo que implica ser mujer y ser hombre en la actualidad. De hecho, el resquebrajamiento en la idílica vida de Barbie surge al introducirse planteamientos inquietantes del mundo real como la muerte, la identidad y el sentido de vida.

En esta línea, un tema que en lo personal reflexioné, es que el Patriarcado es pesado y opresor con las mujeres, pero también tiene un costo para los hombres. Por ejemplo, me toca ver en consulta a papás que trabajan muy duro para sacar adelante a sus familias y sienten mucha presión por mantener una imagen de hombre fuerte, proveedor al que socialmente no se le permite mostrarse vulnerable y expresar sus emociones con la misma libertad que a las mujeres. Incluso, frecuentemente no saben ni qué sienten ni cómo comunicarlo. Como terapeuta de pareja, considero muy importante trabajar en tener herramientas para manejar mejor la inteligencia emocional con el fin de que sea posible el diálogo y el entendimiento para llegar a acuerdos, más que una lucha de poder que polarice los géneros.

Esta es una lectura de una pequeña parte de un tema demasiado amplio, pero así, cada quién puede extraer algo y eso es lo valioso de hacer análisis a partir del cine: tocar fibras, a veces incómodas, pero que nos lleven a poner temas importantes de discusión sobre la mesa; reflexionar y hacer un cambio en situaciones que de otra forma no hubiéramos hecho conscientes.

Como conclusión, solo quiero reiterar la invitación a pasar de un primer plano de la experiencia del cine, a profundizar en el análisis y el provecho que podemos extraer de él para convertirnos en mejores personas.

 

(1) https://www.theguardian.com/film/2012/oct/29/horror-

 


¿Te gusta este artículo? Compártelo:
Artículos recomendados

Deja un comentario