El derecho de los niños y niñas a una buena relación con su papá

 en Pequeños Ciudadanos
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En un mundo donde las mamás juegan el rol central en la crianza de los hijos, es importante destacar el importante papel que juegan los papás en su desarrollo socioemocional y los grandes beneficios de una fuerte relación con él.

Ambos, papá y mamá, tienen funciones complementarias. Por lo general, los papás impulsan la competencia, la independencia y la búsqueda de logros, mientras que las mamás promueven la igualdad, la seguridad y la colaboración. Si algo tenemos claro, es que mientras más activo esté un papá en las vidas de sus hijos, brindará más herramientas para que éstos se desarrollen de manera más armónica.

Se ha demostrado en numerosos estudios (Father Involvement Research Alliance) que los bebés con padres más involucrados tienen más probabilidades de tener seguridad emocional, mostrar más confianza y deseos de explorar situaciones nuevas, así como mejor manejo del estrés.  Cuando crecen son más sociables, tienen mayor capacidad de resolver problemas e incluso un coeficiente intelectual más alto.

No se necesitan hacer actividades extraordinarias. La convivencia diaria es más que suficiente para crear un vínculo y modelar conductas que les servirán a lo largo de su vida.  El ver y discutir un programa de televisión, jugar un juego de mesa o hacer algún arreglo dentro de la casa, son escenarios perfectos para que se fortalezca este lazo.

En un interesante análisis, Bradford Wilcox, profesor de sociología en la Universidad de Virginia, menciona que los padres influyen de manera diferente a las madres en cuatro áreas: juego, promover el riesgo, protección y disciplina.

Wilcox menciona que los papás desarrollan juegos de mayor contacto físico, con lo que los hijos aprenden a regular sus impulsos agresivos sin perder control de sus emociones.

Asimismo, los papás impulsan a los hijos a tomar riesgos: vencer obstáculos, hablar a extraños, etc. En un estudio (J. Le Camus, “Les interaction pere-enfant en milieu aquatique”) donde se observaba a padres y madres dentro de la alberca, encontraron que los papás tendían a colocarse atrás de los niños, de tal forma que estuvieran viendo al ambiente social, mientras que las madres tienden a colocarse en frente de ellos, buscando establecer contacto visual.

En tercer lugar, los papás tienen un rol muy importante en mantener las malas influencias fuera y proteger a sus hijos.  Se ha visto que en las familias donde el padre está ausente, existe una mayor probabilidad de embarazos adolescentes.  Teniendo una relación cercana, pueden monitorear lo que sucede en la vida de sus hijos, incluyendo las interacciones con amigos y adultos.

Finalmente, por lo general, los padres disciplinande manera más firme. El hecho de que tengan más dureza que las madres –quienes tienden a razonar con ellos confiando en el apego emocional—hace que sean el complemento perfecto para educar de manera efectiva.

Algunas recomendaciones para que aproveches al máximo la relación con tus hijos y éstos se beneficien de tener una buena relación contigo son:

  • Respeta y da un trato digno a su madre.Incluso si están divorciados, los mensajes que les transmitas modelarán el estilo de relaciones que desarrollarán más adelante.
  • Ámalos incondicionalmente. Que la disciplina sea ejercida en función de sus conductas, pero teniendo claro que el amor que sientes hacia ellos está por encima de lo que hacen. La buena noticia es que los niños que sienten seguridad en el amor que reciben, por lo general tienen menos problemas de conducta.
  • Actúa como su padre: un líder, no un amigo. Tienen que tener claro que tú eres el adulto y tienen diferentes jerarquías. Eso les dará seguridad y confianza para poder hacer lo que les toca.
  • Edúcalos para la independencia. Te toca como padre motivar a tus hijos a confiar en sus recursos y buscar soluciones; en asumir las consecuencias de sus actos y ser responsables, siempre sabiendo que tienen tu guía. Experimentarán una gran satisfacción sabiendo lo que pueden hacer por ellos mismos.
  • Inculca el estudio y la superación.Transmite con tu ejemplo la importancia de estar informado, leer y prepararse, y facilítales los medios para que ellos también crezcan y se desarrollen.
  • Enséñalos a trabajar. Desde pequeños pueden ir aprendiendo el valor del trabajo y del dinero emprendiendo ellos mismos, con tu ayuda, actividades que los lleven a experimentar el gusto de sentirse productivos.
  • Da tiempo en cantidad y calidad. Demuéstrales con tu presencia que ellos son lo más importante. Invítalos a actividades, dentro o fuera de casa, donde puedan tener espacios de diálogo y conexión.
  • Sé cariñoso con ellos. Muéstrales tu afecto y diles lo mucho que los quieres.  Sé también compasivo con sus errores y pide perdón cuando sea necesario.  Estas muestras verbales y no verbales de amor llenarán su “alcancía” emocional para los momentos en que más lo necesiten.
  • Enséñalos a divertirse. Los pasatiempos que compartan juntos serán excelentes medios para disfrutar la vida y divertirse, aprender el valor del ejercicio, el descanso y la convivencia con amigos.  Además de que serán recuerdos entrañables para el futuro.
  • ¡Pide ayuda! En los momentos en que dudes qué hacer con alguna situación complicada con tus hijos, apóyate en maestros, consejeros, amigos con hijos más grandes o cualquier persona profesional, o no, que pueda orientarte. Incluso hay foros en internet de casi cualquier tema de la crianza de los hijos.  Investiga las mejores fuentes y recuerda siempre que no estás solo.

El trabajo de un papá que está presente en la vida de los hijos, implica una gran valentía. No es un trabajo fácil, sin embargo, conduce a grandes satisfacciones. La bendición de tener un apego seguro con los hijos, marca no sólo sus vidas, sino crea un círculo de impacto positivo que trasciende generaciones.

Los buenos padres son pilares irreemplazables a quienes hay que honrar y mantener cerca. Haciendo la labor de crianza mano con mano, papás y mamás daremos un regalo invaluable a nuestros hijos y al mundo.

¡Gracias papás!


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