El derecho de los niños a crecer.
“Cuando los niños se topan con pared enseñarlos a adaptarse a la realidad es un arte ”
Cada día vemos más niños que teniendo todas sus necesidades materiales cubiertas y sobrepasadas, se sienten solos y tristes. Que a pesar de estar constantemente siendo adulados por sus padres y maestros, quienes buscan promover su autoestima, se sienten inferiores. Y los padres frustrados queriendo resolverlo dan más y más pero no alcanzan a ver un resultado duradero. Los premios pierden el encanto y las palabras se las lleva el viento.
Hoy en día, ante tantas noticias que van cambiando el mundo cómo lo conocíamos, requerimos herramientas para manejar nuestras emociones e ideas y ayudar a nuestros hijos a modificar y adaptarse a las nuevas realidades.
Y es que la solución es paradójica, aunque se trate de mantener a los niños en una burbuja y se les complazca en todo lo que piden, eventualmente tendrán que “toparse con pared”. Solucionándoles todos los problemas o diciéndoles mentiras “piadosas” para hacer la realidad más color de rosa lo único que hace es retrasar su madurez.
Esto lo vemos en todos los niveles, desde negar nosotros mismos la expresión de una emoción “no estoy triste” mientras se muestra una sonrisa falsa, hasta comentarios que no concuerdan con la realidad “tu dibujo es el mejor de todos”. En muchas ocasiones los padres creen que entre más alaben y complazcan a sus hijos, les estarán expresando en mayor medida su cariño y cuidado, pero esa manipulación de la realidad solo les roba la capacidad de adaptación y aceptación de la misma. En la siguiente ocasión de frustración reaccionarán de manera agresiva si no les cumplen sus deseos.
Aunque es más fácil y rápido resolverles temporalmente el problema, los beneficiaremos más acompañándolos en el proceso de, reconocer sus emociones, identificar el fracaso, llorar la pérdida y finalmente aceptarlo y adaptarse, pudiendo encontrar nuevamente alegría en una realidad diferente, con la seguridad de unos padres amorosos que brindan el soporte necesario para superar estas dificultades.
¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a aceptar y adaptarse a la realidad?
Elizabeth Kübler-Ross propuso un modelo de las etapas del duelo, que son las que pasamos todos ante cualquier pérdida o desilusión, desde un permiso o unas vacaciones frustradas, hasta la muerte de un ser querido.
Susan Stiffelman en su libro “Parenting without power struggles” integra este proceso de duelo con relación a nuestros hijos y señala que para poder acompañar de manera efectiva a nuestros hijos, requerimos ante todo estar tranquilos para ser el puerto seguro en que pueden apoyarse.
Si recordamos que es natural que los niños quieran más de lo que les gusta podremos tolerarlo sin enojarnos. Buscamos no enfrentarlos, sino acompañarlos a superar la desilusión. Los pasos de este proceso son los siguientes:
- Negación: El niño no acepta la realidad. En este momento como padre podemos escuchar empáticamente y sin juicios su insatisfacción. Por ejemplo, ante la negación de un permiso con el que no estamos de acuerdo podemos decir algo como: “Se que tienes muchas ganas de ir a ___”… “sientes que eres el único que no va a estar ahí”.
Ira: Si el enojo es muy fuerte, este no es el momento de hablar con tu hijo, pues su estado emocional no permite procesar tus palabras. Podemos mantenernos tranquilos mientras expresa su enojo, sin intentar cambiar la situación. Si insiste en pedir razones se puede decir algo como “Entiendo que estés furioso conmigo, sé que deseabas demasiado ____ pero lo que te diga no te va a hacer sentido en este momento”.
- Negociación: Intentará maneras de lograr su objetivo a cambio de algo más. Seguiremos atentos y tranquilos manteniendo la postura. “Siento mucho que estés tan molesto”.
- Depresión: Lo acompañaremos en sus lágrimas o en su decepción y le haremos saber que estamos con él. “Te entiendo y estoy contigo”.
- Aceptación y adaptación: Quizá hasta el día siguiente verá que la decisión tomada no fue tan catastrófica como pensaba y que tendrá otras oportunidades/fiestas/vacaciones… Aceptará sobre todo que su madre/padre está a cargo y en este caso confiará en su buen criterio para otros permisos.
Es importante señalar que nuestros hijos necesitan sentir la tristeza para poder crecer. No lágrimas de cocodrilo utilizadas para manipular, sino un pesar que siendo aceptado pueda conducir a soluciones.
Si nosotros mismos no modelamos este proceso en nuestras propias desilusiones, será muy difícil que los niños lo aprendan. Es importante trabajar con nuestras propias creencias y reacciones reconociendo la manera en que manejamos las contrariedades en nuestra vida.
El objetivo que estamos buscando es que nuestros hijos descubran que pueden sobrevivir las desilusiones y decepciones de la vida no solo intactos, sino más fuertes y sacándole provecho para el futuro. Encontrarán nuevas maneras de encontrar sentido cuando las circunstancias no se adaptan a sus expectativas o deseos. Algo que ayuda es recordar que no estamos criando niños, sino futuros adultos.
Al principio el proceso de caminar por un duelo es difícil, pero si aprendemos a identificarlo en las diferentes experiencias de la vida, se hará más fácil y habremos dado a nuestros hijos una poderosa herramienta para convertirse en personas resilientes y con mayor capacidad de ser felices.
Como programa educativo que promueve los derechos de los niños, Pequeñ@s Ciudadan@s busca ayudar a conocer y fomentar el derecho a la salud emocional. Nuestro equipo está asesorado por médicos, psicólogos, educadores, abogados y filósofos para compartir información y actividades formativas en cultura de la legalidad a los niñ@s. Te invitamos a compartir nuestros artículos y a estar informado en nuestra página de Facebook.